miércoles, 18 de mayo de 2011

DIALOGO AMPLIO Y CLARO: DERECHO A LA LIBRE EXPRESION Y A LA INFORMACION

                                            
                                 Por Euclides Fuentes Arroyo
El Presidente Ricardo Martinelli lanza nuevamente otra propuesta a un diálogo nacional. Esperamos  que esta vez fructifique y no se eleve al aire sin aterrizar. Ha sugerido un encuentro para afrontar un tema, tras la materialización de amenazas concretas que derivaron en represión y persecución de periodistas.

      El mandatario remitió una carta a Monseñor José Domingo Ulloa, Arzobispo de Panamá, y aspira que su mediación avale el acto. Examinemos con detenimiento lo que en parte dice la misiva: Como Presidente he expresado compromiso propio y del gobierno, con el respeto y la defensa de los derechos”. Añade que “algunos no parecen estar dispuestos a entender que esos mismos derechos imponen deberes y responsabilidades tanto a gobernantes como a gobernados”.

     Los profesionales del periodismo que asumimos una actitud autocrítica reconocemos que así como tenemos derecho a expresarnos libremente, estamos sujetos a la ética y al ordenamiento jurídico. Lo que no queda claro es a quien se refiere el señor Martinelli cuando habla de “algunos que no están dispuestos a entender”, Lo ocurrido a los comunicadores sociales que se han atrevido a decir verdades, alcanza a los ciudadanos que tienen perfecto derecho a la información porque se les priva del conocimiento de lo que sucede a su alrededor.

     Cuando hablamos de persecución a los periodistas, no sólo estamos frente a las llamadas amenazantes de funcionarios de Palacio para intimidar a los informadores, ni la orden de auditar las empresas de prensa, radio o televisión de los propietarios enlistados, arbitraria y subjetivamente, como adversarios del régimen.. Se trata también, y esto hay que precisarlo, de provocar el cierre de un programa de radio o televisión, o de presionar con represalias como el cese de la publicidad estatal a un medio escrito.

      El millonario presupuesto destinado a la propaganda gubernamental se paga con los dineros de todo el pueblo contribuyente. Es absolutamente injusto e ilegal, en una administración que se ufana de enarbolar una supuesta intención democrática, discriminar a uno u otro órgano de divulgación porque no está alineado a la política partidista del ente gubernamental. Si no hay una distribución equitativa de la publicidad estatal se atenta contra esa libertad que tanto dicen respetar. Cuantos programas de radio o televisión han tenido que silenciarse porque la mano tenebrosa del oficialismo ordena, como si del dinero privado se tratase, que no se paute en dichos espacios. Se han adquirido medios escritos de línea independiente para ponerlos en manos de gente afín al oficialismo, y se ha presionado hasta lograr la sustitución de los mandos en otras instancias, Esto no es un secreto para nadie. No se quiere un periodismo identificado con la verdad, sino una sumisión servil tarifada una veces, y atemorizada otras.

     El propuesto diálogo en aras de un verdadero apego a la libertad de expresión y al derecho del pueblo a recibir toda la información que atañe a gobernantes y gobernados, no puede ser de ninguna manera caprichosamente unilateral porque a alguien se le ocurre que una pasada elección popular, convalida los excesos autoritarios de quienes detentan el poder. Los profesionales de la pluma esperamos que la consulta que se haga, culmine con la inmediata adopción de una conducta respetuosa hacia los gremios de la comunicación y la sociedad en general. Que se garantice el ejercicio de un periodismo veraz, sin la daga que decapita  los recursos económicos que hacen posible la existencia de medios y voces libres en una Patria libre que no es empresa privada de unos cuantos.

viernes, 6 de mayo de 2011

BLOQUEO A CUBA EL GRAN NEGOCIO QUE SUFRAGAN CONTRIBUYENTES

por Euclides Fuentes Arroyo

Quienes se preguntan por qué el gobierno de los Estados Unidos, a pesar de las 19 Resoluciones consecutivas de la Asamblea General de las Naciones Unidas por el cese del bloqueo económico contra la isla de Cuba insiste en mantenerlo, les resulta difícil creer que el mismo sea el gran negocio que ha permitido sobrevivir a quienes acompañaron en su fuga a los compinches del tirano Fulgencio Batista cuando triunfó en enero de 1959 la Revolución.

      Y es que traducido en números,  no mantener relaciones diplomáticas con la isla, mucho menos comerciales, ha representado para los grupos contrarrevolucionarios afincados principalmente en Miami, Florida, un enorme negocio que lleva más de medio siglo pero que ellos confían en que se mantendrá a perpetuidad como parte inherente al sistema. Ni los propios hijos de los exiliados, pertenecientes a nuevas generaciones, que expresan la inutilidad de lo que el imperio quiere hacer ver como represalia, aceptan como correcto dicho criminal extremismo.

      Como se dice en lenguaje popular, hay mucha gente que vive del cuento, en buen panameño, subsisten gracias al “juega vivo”. Con el comodín de estar atentando contra la vida de los dirigentes y del mismo gobierno, con planes de terrorismo y sabotajes, succionan la ubre presupuestaria que asigna anualmente la administración, de cualquier cantidad de miles de millones de dólares que salen de los bolsillos de los contribuyentes estadounidenses.

     Los wikileaks famosos han revelado que funcionarios diplomáticos de Estados Unidos en la oficina de intereses en La Habana, saben que los llamados “disidentes” son elementos sin beligerancia frente a la gran mayoría de cubanos que padecen los efectos nocivos de esa infame bajeza.

     Los sucesivos gobiernos de Estados Unidos, con excepción  de Jimmy Carter, se han mantenido ciegos y sordos al clamor, por una parte, de la gran humanidad sensata que demanda el fin de tanta injusticia que castiga hasta a los niños recién nacidos y al resto de los ciudadanos, mujeres y ancianos, al no permitir siquiera la venta de medicinas y equipos para atender la salud de ese pueblo. Por otra parte, también se desatienden los intereses y deseos de productores y empresarios norteamericanos que no pueden acceder al prometedor mercado cubano porque hay temor de enfrentarse a los manipuladores de la política exterior de Estados Unidos que hábilmente se infiltraron en el engranaje del aparato.

     Los votantes de Florida son más importantes para Washington que los millones de seres humanos que resisten a 90 millas de sus costas. Altos mandos militares de EE.UU. en un pasado reciente admitieron que Cuba no representa ningún peligro para la seguridad de su país. Mejor suerte, en materia de diplomacia con naciones rivales, ha tenido al respecto Vietnam a pesar de haber expulsado al ejército del país más poderoso del mundo, pues la Casa Blanca mantiene buenas relaciones con quien que le propinó una humillante e histórica derrota. . Pero es que  en ciudad Ho Chi Minh, ni en ninguna otra urbe vietnamita hay un conglomerado que pueda votar en las elecciones para gobernadores, senadores y presidentes de Estados Unidos.

      Bajo el disfraz de “plantados por la libertad y la democracia”, las “damas de blanco”, Panamerican Development Foundation, Institute for Internacional Affairs, Loyola University de Chicago, Development Research Center, Freedom House, USAID con su programa de “apoyo a la sociedad civil para la democracia en Cuba”  y otras supuestas entidades, cada año según datos que aporta  Internet, se canaliza la ayuda en constante y sonante del dólar estadounidense para los que lucran a nombre de una “transición” que desplace el actual socialismo cubano por la anexión al capitalismo salvaje a cargo de quienes antes del triunfo revolucionario habían hecho de Cuba un garito. Vale decir  la mafia que luego se desplazó a otras ciudades del norte revuelto y brutal como decía Martí. Los grupúsculos que se oponen a la normalización de relaciones USA Cuba, dentro y fuera de la isla, no quieren perder su negocito. Si se acaba la fiesta, como sobrevivir?.  Sin oxígeno yanqui no re$piran.