Euclides Fuentes Arroyo
Mucho antes del inicio del Mundial de Béisbol Panamá 2,011 celebramos lo positivo que para el país y nuestra siempre entusiasta afición representa el evento que conjuntamente presentarían la Federación Panameña de este deporte y la IBAF por sus siglas en ingles o sea la Federación Internacional de Béisbol. Ese sentimiento por ponderar las buenas iniciativas que con seguridad este pueblo respaldaría, nos llevó a insertar en nuestro blog, el optimismo por su éxito y su gran importancia para la sociedad. Seguimos destacando el entusiasmo con que se acoge el mismo y los aciertos de los organizadores. Sin embargo no podemos cegarnos, ni dejar de escuchar y decir cuando aparecen actitudes que muestran el cobre de esa corrupción que flota en el ambiente impregnando de aire malsano todo lo que toca.
No es, ni será la última vez, que presentamos una jornada internacional de tanta relevancia, de allí que resulta imperativo denunciar fallas y lacras para que los estamentos humanos no contaminados tomen conciencia y en afán quijotesco persistan en la lucha contra la conducta perniciosa de los malos que detentan los mandos medios en estos menesteres. Un espectáculo artístico-musical de gran colorido y magníficamente presentado por artistas nacionales y extranjeros hizo las delicias de propios y extraños. Lo lamentable es que mucho público procedente de otros puntos de la geografía e incluso visitantes llegados por aire, tierra y mar desde otros lares, se encontraron con las taquillas del estadio Rodney Carew sin boletos. Se le dio el negocio de la venta anticipada a una sola instancia lo que alimentó la sospecha de que hasta en el deporte las desmedidas ambiciones de los mercachifles han metido sus garras porque cuando hay dinero de por medio "aquí no hay na´pa´ nadie". Para colmo algunos empleados que controlaban el acceso a los estacionamientos del estadio, abusaron de personas que con boletos cuyo pago incluyó el estacionamiento fueron tratados a las patadas con la soberbia característica de psicópatas que les impidieron ingresar amenazándolos con agredirlos.
En su edición del martes 4, El Panamá América en su "Confabulario" denunciò que en los estadios del interior se produjo una modalidad que muy pocas veces se acostumbra en este país y que es la reventa a precios elevadísimos.
Nos sorprendió ver, gracias a la televisión cubana, las vistas de áreas del estadio Rico Cedeño con muchas butacas vacías a pesar que desde el viernes se habían anunciado como agotadas todas las entradas de los partidos donde participaría la novena que tiene el mayor número de copas ganadas. Las cámaras isleñas no pudieron transmitir el primer partido en que noquearon a Australia porque anomalías surgidas con la empresa encargada de la difusión internacional lo impidieron y el lunes el ICRT de Cuba tuvo que pedir a IBAF que retrasaran el inicio del juego con Dominicana para darle tiempo a instalar su equipo técnico. Aún así su enviado especial no tenía un monitor para ver las repeticiones de las jugadas pero su profesionalismo permitió superar el trance. Con toda razón los narradores y comentaristas de ese hermano pueblo dicen que es la primera vez después de más de 38 torneos mundiales que se le presentan este tipo de irregularidades a su personal.
Por último un detalle captado por la tele audiencia conocedora de este pasatiempo fueron las declaraciones del grandes ligas aguadulceño Carlos Lee, cuando dijo a sus entrevistadores, que a pesar de su interés por lucir el uniforme de la Patria en esta Copa, no fue debidamente convocado. Dejó en el aire la sensación de que o no lo invitaron oficialmente, o no llegaron al acuerdo que hicieron con los otros componentes del seleccionado que, como todo mundo sabe, son compensados por su desempeño profesional.
Panamá 4 de septiembre de 2,011. .
