domingo, 29 de enero de 2012



MIREYA Y LA APOLOGIA DEL DELITO
                                                          por Euclides Fuentes Arroyo
     Del delito es apología/ alternar con los asesinos/ escoria de los mezquinos/ que pagan su hipocresía.
Ese, un acto indigno y cruel/ perdonar al terrorista/ y esbirros de Batista/ angelitos de papel.
Al triunfo de la Revolución/ del barco saltaron las ratas/ proxenetas y piratas/ paradigmas de corrupción.
En su carrera criminal/ matando a los inocentes/ dando dolor a la gente/ de tanto quehacer brutal.
Al codearse con rufianes/ del negocio del exilio/ acudió rápida al auxilio/ de la sarta de criminales
Todo un ardid de viveza/ la propina recibida/ del imperio bendecida/ para nadie es una rareza.
No dice cuanto le pagó/ el aparato gusano/ tampoco lo que le abonó/ por hecho tan inhumano.
Dicen que par de milloncitos/ y un automóvil blindado/ que le fueron obsequiado/ por sus corazoncitos.
Una mansión en la Florida/ como premio a sus andanzas/ del Paraninfo la matanza/ con la mafia agradecida.
Indulto tan bochornoso/el que llevó a la Mireya/ se le ocurre sólo a ella/ algo indigno y vergonzoso.
Al de Cuba, pueblo hermano/ su proceder ha ofendido/ y al panameño dolido/ del orgullo soberano.
En históricos anales/ esta infamia se registra/ está sumada a la lista/ de los perniciosos males.
Dime con quien andas, Ña Yeya/ y te diré quien eres Yeyita./ ¡Horror! Barbados resucita/ está vigente la querella.


Panamá 25 de enero de 2,012         Euclides Fuentes Arroyo, ced. 7-44-677
APOLOGIA DEL DELITO (2ª. Parte)
El maligno la visitó/ para ordenarle qué hacer/ “ni se te ocurra joder/ lo dice Bush y lo digo yo.
Tú eres nuestra sirviente/ y sabes qué te conviene/ lo que más tarde te viene/ agradecerás complaciente.
Escrito no hay compromiso/ siempre así se hace todo/ pues nos sirve de acomodo/ el Tío Sam así lo quiso.
Probamos el servilismo/ de esta república banana/ sumisa y pobre sin gana/ de abrazar el optimismo.
No hagas caso a los buenos/ hijos de esta sociedad/ no les demuestres piedad/ castigaremos con truenos.
Somos nosotros el imperio/ protegidos de Lucifer/ artífices del improperio/ porque querer es poder”.
Así las cosas, hermanos/ se consumó la traición/ al promover la extinción/ de panameños y cubanos.
Es bueno el terrorismo/ claro cuando así conviene/ la maldad no se detiene/ eso es el imperialismo.
Ese crimen censurable/ recibirá su merecido/ tanto mal será vencido/ cuando sucumba el culpable.
Que del hombre la justicia/ caiga sobre la escoria/ de los que sin pena ni gloria/ no son más que inmundicia.
Panamá 27 de enero de 2,011.    Euclides Fuentes Arroyo, ced. 7-44-677 .

jueves, 26 de enero de 2012



RELIGIÓN Y POLÍTICA

Fariseo, sinónimo de hipocresía: Abdel Fuentes

ABDEL FUENTES
Después de lo dicho por el señor Ricardo Martinelli en una actividad religiosa, el término fariseo parece haber adquirido fama. La actividad a la que asistió el Presidente fue organizada por un famoso pastor, Cleotaldo Edwin Álvarez, autodenominado apóstol, pero cuestionado internacionalmente en la internet por presuntamente manipular a la gente, además de censurar el contenido de muchos de sus mensajes sobre el dar y la prosperidad.
El llamado apóstol, objeto también de publicaciones locales, sobre otros temas que parecen poner en duda sus actos, lo niega todo, pero con muy pobres argumentos. Resulta interesante analizar cuidadosamente el contenido de sus sermones. En el caso de la referida reunión, insinuó de manera generalizada que medios y periodistas atacamos al Presidente. No es la primera vez que arremete contra los medios.
Es importante aclarar quiénes eran los fariseos y cómo su proceder se asemeja al de líderes religiosos que hoy burlan la fe de gente honesta, y pervierten el verdadero mensaje del Jesús histórico. Algunas veces con propósitos bien definidos y otras con intenciones oscuras y peligrosas.
Los fariseos no eran un grupo político, representaban a una de las tres facciones judías que fustigaron al Jesús histórico, las otras dos eran los sacerdotes y escribas.
Fungían como laicos, regularmente comerciantes y artesanos, pero sus líderes eran escribas, es decir, eruditos, sometidos por años a estudios teológicos y tutelados por maestros. Interpretaban la Torá con rigor religioso y emitían decisiones en materia penal.
Fueron celosos en el cumplimiento de ordenanzas de la ley judía, como el diezmo, descuidado por el pueblo y el lavado de manos antes de comer –obligación ritual exigida solo a sacerdotes–. Reinterpretaron la ley a sus anchas, agregando preceptos que no cumplían, similar a lo que hacen hoy algunos pastores y políticos, dicen que se haga lo que ellos mismos no hacen, Mt 23:1-33. Jesús los tildó de hipócritas, de aparentar ser honrados, seguir tradiciones de hombres y violar el verdadero mandato de Dios.
Hablando de preceptos, es curioso notar que el diezmo no aparece consignado en la literatura neotestamentaria como práctica cristiana, contrario a ello, está la ofrenda, actividad impulsada por la Iglesia del primer siglo.
Hechos 2:43-44, menciona la unidad que imperaba entre los cristianos. Los que poseían propiedades las vendían y repartían el dinero para responder a las necesidades de los que no tenían. No había diferencia en términos económicos y sociales. Los bienes eran compartidos y no imperaba el egoísmo o la vanidad materialista que hoy ostentan algunos autodenominados apóstoles, dueños de propiedades y lujosas mansiones.
¿Por qué tanta diferencia entre la iglesia primitiva y las iglesias de hoy? Los cristianos recibieron el legado de los “verdaderos y únicos apóstoles”, incluyendo a Pablo, quienes compartieron las enseñanzas del Jesús histórico y cuyo título no se lo inventaron para reforzar su autoridad y poder sobre la gente.
Jesús era un hombre sencillo, que dijo no tener dónde recostar su cabeza. No se congració ni arrodilló ante el Emperador y rechazó la oferta de grupos políticos y revolucionarios, enemigos del gobierno romano, aclarando que su reino no era de este sistema, Jn 8:36.
Actualmente, quienes se proclamen cristianos, están llamados a frenar la hipocresía religiosa, dirigida por mercaderes del templo, fariseos sin escrúpulos, que esta sociedad y la justicia ordinaria deben mirar con lupa.

I

NVITACION A LA PEREZA INTELECTUAL
                                                             por Euclides Fuentes Arroyo
     Recibo a veces  las críticas que me formulan lectores de la página que publico a través de internet, en el sentido de que les resultan "muy largos" algunos de mis artículos. En la mayoría de los casos acepto que quizás tienen razón porque, en el mundo acelerado en que vivimos, mucha gente deja de leer periódicos de tamaño standard al preferir la brevedad de los tabloides; por ello ese formato se adoptó en la mayoría de los países desde mediados del siglo pasado.
     Admito como bien intencionadas las mismas, pero al mismo tiempo reconocemos que la prisa es el compañero inseparable de los humanos que vivimos en estos tiempos. Si la vía cibernética y los otros adelantos de la tecnología actual han aprisionado al extremo, a hombres y mujeres que no se separan de las computadoras, y hasta el apetito sexual pierden por estar apegados al chateo de sus celulares black-berry, negarle a los que mantienen avidez por conocer el mundo de luces que les ofrecen estos medios, sería algo así como una invitación a la pereza intelectual.
     Cuando escribimos un artículo que sobrepasa los límites que imponen los diarios para las colaboraciones, entonces la alternativa es insertarlo en los blogs para que aquellos, que no soportan más de cuatro líneas, tengan la opción de leerlo o ignorarlo. Cuando interesan los conocimientos históricos, sociales, científicos, económicos, políticos o de cualquier otra disciplina, siempre habrá quien encuentre el espacio temporal para introducirse en el tema o simplemente, desestimarlo.
     Las preocupaciones de los habitantes de un universo, que cada día ve más cercano el final de su existencia, por el desacato de todas las advertencias que durante muchísimos años señalan los científicos por la destrucción que de su entorno realiza - incontenible e irresponsablemente- el mismo hombre, obligan a profundizar en el conocimiento de esta realidad. Desde el punto de vista de la historia, no pueden soslayarse hechos que deliberadamente se ocultan a los pueblos por quienes premunidos de su control del poder mediático la han escrito a su modo y conveniencia.
     Lo cierto que la tesis sobre la brevedad de los escritos, como regla general no es aceptable cuando vemos que en sitios como Rebelión y otros, que profundizan en los temas candentes de la actualidad, se les da cabida a sesudos trabajos de expertos en la problemática social que aquejan a la gente humilde en todas partes y que son tratados con una óptica sinceramente humanista. No puede ser que mientras niños, mujeres, adultos y ancianos padecen los rigores de la injusticia social guardemos silencio frente al desprecio, los abusos y la explotación de esta hermandad por parte de quienes ven en ella caldo de cultivo para su codicia a través del prisma del comercio despiadado y brutal donde la alimentación, la salud, la educación y hasta la información se manejan con criterio despiadadamente comercial.
    Si la gente que escribe se ciñera a los criterios de la publicidad, dirigida al consumidor para que no sea un ente pensante sino un cliente, esclavo de esa parte de la sociedad que vive de la explotación de las frivolidades y debilidades humanas, ya hubiesen dejado de leerse las grandes obras literarias surgidas de las mentes de insignes pensadores. Afortunadamente mi formación periodística, adquirida desde que muy joven ingresé a la profesión, me educó en la capacidad de síntesis que demanda del periodista, la radio, televisión y prensa escrita en donde se adapta uno al formato del diario de gran tamaño, o a la reducida plana del rotativo de menor dimensión. Así las cosas dejo al libre albedrío de los editores las colaboraciones que envío, las cuales trato siempre de ajustarlas al espacio exigido, aunque a veces la excusa para no publicarlas sirva como  pretexto el asunto de su longitud. En todo caso esas limitaciones le dan un valor potencial a lo que se deja escrito para la posterioridad y, además, la posibilidad de que los interesados por un tema específico, puedan encontrarlo en internet con sólo introducirse en la página de euclidesfuentesarroyo.blogspot.com.
                                                            Panamá 17 de Noviembre de 2,011.

El caso Bosco, que sirva de ejemplo.
                                                     por Euclides Fuentes Arroyo
      Lejos de nuestro ánimo está hacer leña de un árbol caído y menos en circunstancias en que el desenlace se da, con secuelas de salud y el natural dolor de familiares.   El análisis sereno de esa cuestión nos lleva a concluir que, como aconseja la escuela de la vida, lo que mal comienza mal acaba o, cuando no se toman en cuenta ni normas ni principios, es de esperarse un resultado adverso.
     El hoy defenestrado personaje, fue cegado por el triunfo que le garantizaba una papeleta opositora favorecida por el desgaste de la propuesta oficialista. Así las cosas, sobrestimó haber dejado constancia de su desmesurado fervor anexionista a la causa de un imperio que ha hecho escarnio de las aspiraciones de los pueblos celosos de su dignidad nacional y el apego a su independencia y soberanía.
     Con la convicción que bajo la protección de un régimen lacayo incondicional de Washington, se erigía en intocable, se dio el lujo de pasar por encima de las normas que rigen para los puestos de elección popular, sin recordar que la ignorancia de la ley no exime de culpa.
     La trapisonda montada por sus aliados, que buscaron la complicidad de las autoridades para montar la burda maniobra desde el sumiso aparato legislativo, colmó la seguridad del ex alcalde, en el sentido de saberse inmune e impune por la jugarreta delictiva. Revuelto el panorama político partidista, por la fragilidad de una alianza que, igualmente, fue mal concebida en las entrañas del monstruo, las consecuencias no se hicieron esperar.
     Todo parece indicar que lo ocurrido en este caso sirve de ejemplo a los actores del protagonismo político para medir el alcance de sus ambiciones personales, y sopesar el respeto no solo a las leyes, sino a una ciudadanía que merece, de los aspirantes a cargos de favor popular, la debida consideración.
     Panamá 12 de enero de 2012.     Euclides Fuentes Arroyo, ced. 7-44-677











APARIENCIA CRISTIANA, MERA HIPOCRESIA
                                                                     por Euclides Fuentes Arroyo
     Nunca antes, en mis setenta años de existencia, había percibido tanta indolencia hacia nuestros hermanos en Cristo como las que ha registrado en un año por parte de quienes en nombre de Dios, de la iglesia y de la fe cristiana juegan con estos conceptos y hacen gala de su insultante opulencia. Menos presenciar el irrespeto de farsantes metidos a apóstoles para continuar sometiendo la ingenuidad de gente que de buena fe abraza esperanzas.
     Notas de prensa  han dado cuenta de funcionarios gubernamentales que ejecutaron lanzamientos de panameños que en extrema pobreza fueron condenados a pasar las fiestas navideñas sin techo que los cobije; otros fueron dejados cesantes de su trabajo tanto en el sector público, como en la empresa privada, como aguinaldo anticipado en vísperas de la tradicional celebración
     Lo más deleznable del caso es que en los despidos de los compatriotas víctimas de las represalias del enanismo político partidista de quienes detentan el poder, ese inhumano y anti cristiano acto, se festina como si se tratara de algo que magnifica la calidad de los victimarios dentro del complejo espectro de este sistema corrupto y corruptor.
     Los ejecutores de tanta perversidad no toman en cuenta la condición humilde de los afectados y, en muchos casos, tampoco el grado de parentesco de aquellos a quienes imponen castigo y sufrimiento, mientras vociferan pregones de paz y fraternidad arropados por una moral religiosa en la que no creen. Falsos profetas que con el libro sagrado impregnado del mal olor de sus axilas, abusan de la divina "palabra" para lanzar anatemas contra quienes osen, como Jesucristo, degustar el vino que consagró en la última cena.
     Creo que hace falta que la alta jerarquía profundice más en sus mensajes sobre los verdaderos valores y principios éticos que toda religión inculca para hacer de mujeres y hombres ciudadanos con alto contenido de solidaridad y sensibilidad humanas. Que aquellos que por sus recursos obtenidos por la gracia de Dios y/o el sudor de sus trabajadores, tomen conciencia que los bienes materiales que disfrutan en la vida terrenal y que los hace sentirse prepotentes, soberbios e indolentes, no los disfrutarán cuando al final del camino escojan entre la tumba fría o el ardiente clima de la incineración. Así desaparecería tanto elemento que constantemente se la pasa a Dios rogando y con el mazo dando. Perdónalos Señor, porque pretenden elevar la hipocresía al grado de virtud.
                                                                                    Panamá 10 de enero de 2,012. Euclides Fuentes Arroyo, ced 7-44-677
      

MIREYA Y LA APOLOGIA DEL DELITO
                                                          por Euclides Fuentes Arroyo
     Del delito es apología/ alternar con los asesinos/ escoria de los mezquinos/ que pagan su hipocresía.
Ese, un acto indigno y cruel/ perdonar al terrorista/ y esbirros de Batista/ angelitos de papel.
Al triunfo de la Revolución/ del barco saltaron las ratas/ proxenetas y piratas/ paradigmas de corrupción.
En su carrera criminal/ matando a los inocentes/ dando dolor a la gente/ de tanto quehacer brutal.
Al codearse con rufianes/ del negocio del exilio/ acudió rápida al auxilio/ de la sarta de criminales
Todo un ardid de viveza/ la propina recibida/ del imperio bendecida/ para nadie es una rareza.
No dice cuanto le pagó/ el aparato gusano/ tampoco lo que le abonó/ por hecho tan inhumano.
Dicen que par de milloncitos/ y un automóvil blindado/ que le fueron obsequiado/ por sus corazoncitos.
Una mansión en la Florida/ como premio a sus andanzas/ del Paraninfo la matanza/ con la mafia agradecida.
Indulto tan bochornoso/el que llevó a la Mireya/ se le ocurre sólo a ella/ algo indigno y vergonzoso.
Al de Cuba, pueblo hermano/ su proceder ha ofendido/ y al panameño dolido/ del orgullo soberano.
En históricos anales/ esta infamia se registra/ está sumada a la lista/ de los perniciosos males.
Dime con quien andas, Ña Yeya/ y te diré quien eres Yeyita./ ¡Horror! Barbados resucita/ está vigente la querella.


Panamá 25 de enero de 2,012         Euclides Fuentes Arroyo, ced. 7-44-677