`por Euclides Fuentes Arroyo.
El 5 de julio de 1951, desde Santiago de
Veraguas, el inclaudicable y ejemplar periodista Manuel Celestino
González, escribió en su columna Tolda Gitana, del desaparecido diario La Hora,
lo siguiente: “Un hombre puede ser individualmente honrado; pero no podrá nunca conseguir que toda la ciudadanía,
abocada al juego sucio de un largo y complejo proceso electoral, proceda
honradamente. Y al fraude se responde con el fraude, a la sonrisa insincera con
el abrazo hipócrita, a la promesa falsa con la palabra vana. Y por esa
pendiente de falaces actitudes se desciende, sin quererlo, al despojo de las
legítimas representaciones y la
usurpación de los legítimos poderes”…….
“Para poderle decir a la madre panameña más humilde que no tema que el
futuro de sus hijos sea truncado por una clase poderosa que se ha abrogado
todos los derechos, es preciso confiscarle a todos los ladrones de la riqueza
pública el producto de sus latrocinios. Y es necesario, además, que el Estado
les garantice a todos los ciudadanos
iguales oportunidades en los rudos combates de la vida pública. Pero como
el Estado
es un maquinaria manejada por la clase dominante, es indispensable que el
pueblo se apodere de esa maquinaria a fin de que realice sus altas
finalidades de justicia social”.
Han pasado más de 60 años desde que el patriota Gonzalito, se suicidó frustrado por la realidad de una
corrupción galopante. Fue su convicción que este era un cáncer incurable y el agobiante sistema que injustamente impone
una minoría, sigue vigente. Así esa tendencia a perpetuar la maldad sobre el
bien, prostituyendo al poder legislativo y otras instancias en puestos de elección
popular , en vez de erradicarse tiende a fortalecerse. Promovida precisamente por el monstruoso poder concentrado en las alturas
presidenciales.
Una campaña moralizadora tiene que darse a través de todo el andamiaje
ciudadano y el papel beligerante le corresponde a los orientadores de la
opinión pública para reinvindicar el periodismo de Manuel Celestino González en
esta hora angustiosa en que la ciudadanía siente estupor por la compra de
conciencias, el obsequio de dádivas y las falaces actitudes que condenaba el
mártir veragüense . Esa convicción nos inspira el relato que sobre la vida de
este insigne hombre del pueblo, luchador revolucionario, honesto hasta la
muerte, contiene la obra Las Insurrecciones del
Arcoiris, de Efebo Díaz Herrera.
Y qué mejor manera de iniciar el proceso de tocar a la conciencia de
nuestro pueblo que sugerirle a los actuales dirigentes del Sindicato de
Periodistas de Panamá y del Colegio Nacional de Periodistas, que de ahora en
adelante hasta el próximo año en que habrá un nuevo torneo electoral, bajo la
consigna Reivindicar a Gonzalito, se divulgue la trayectoria de quien con su
pluma nos legó el ejemplo de un periodismo comprometido con la suerte de las
mayorías populares sometidas aún a los caprichos de una casta inhumana que se
adueña impunemente de los recursos pertenecientes a todo el conglomerado
social.
Euclides Fuentes Arroyo, ced. 7-44-677.
Panamá 3 de junio de 2,013.