Por Euclides Fuentes Arroyo
A Pinocho le puede
crecer más la “naricita” porque desdeña
el famoso refrán que reza que “para pegar mentiras y comer pescado, hay
que tener mucho cuidado”. De lo
contrario puede atravesársele una espina en la garganta, de fatales
consecuencias.
Ya todo el mundo sabe que no tiene el menor rubor en falsear la realidad
y nada mejor para ese fin que utilizar el medio audiovisual más conveniente
para ese despropósito: la televisión. La
opinión pública frecuentemente es sorprendida por manifestaciones de descarado cinismo como que “su” gobierno es lo mejor que le ha
ocurrido a este país, pues en toda la historia de vida republicana, y sobre todo, en los últimos
cuarenta años, aquí no se había hecho nada y desde los albores del siglo pasado todos los
gobernantes han sido una nulidad, pues ninguno tuvo la capacidad para
administrar la cosa pública hasta que llegó al trono su majestad.
De manera que esta nación estaba enclavada en un desierto y ha sido,
precisamente su gestión, la que ha aprovechado los ríos existentes para dotar de agua potable
a todos los rincones de la geografía calmando así la sed de la ciudadanía. En las últimas cuatro décadas no había en
Panamá educación y por eso nos impuso
una encargada en esa cartera cuya falta de idoneidad ha seguido el consejo de
que es necesario borrar la historia, eliminar la cátedra de las relaciones de
Panamá con los Estados Unidos, para perfeccionar la neo colonia que tanto
añoran los anexionistas. Resucitando las teorías de Torquemada ha encendido la
pira para dar fuego a los libros y prohibir a los autores panameños que exaltan el aporte
patriótico de varias generaciones y se ufana al reprimir la secular rebeldía de la gloria institutora.
En ese sentido el otorgamiento de becas y préstamos para que nuestra
juventud pudiera superarse en las
universidades locales y del extranjero, fue una ilusión que no cumplieron los
mandatarios que le antecedieron y que crearon el IFARHU. De repente nos
anunciará, con fanfarria y todo, que descubrió la pólvora antes que los chinos
y que su ministra es la inventora del capitalismo salvaje.
En materia de salud jamás se había construido un hospital y en los
pueblos del interior no sabían lo que eran
centros de salud, ni acueductos
rurales. El seguro social ahora es un mar de leche. No había medicinas, ni
atención y ahora con la “transparente” administración de un sabio en negocios
de computadoras no hay necesidad de que Eladio vuelva a tomarse las calles a
demandar justicia para los pobres jubilados.
El código de trabajo no existía y por eso otra desacertada nominación en
el ministerio respectivo, engaveta los temas sindicales y la patronal pesa
mucho desequilibrando la armonía entre empresarios y trabajadores. El décimo
tercer mes no existió nunca, ese fue un cuento desde los tiempos de Omar y por
eso a los funcionarios públicos a quienes le escamotearon el mismo durante los años en que la anti
patria pedía la invasión, no les van a pagar pues amenazan con utilizar el
mismo método que usó Endara pagando con cheques fiscales que no valían un real
y dejando en la calle a miles de
servidores públicos.
Pero lo más grandioso de Pinocho es que esos administradores del pasado
remoto y reciente, que lograron plasmar en blanco y negro la reivindicación de
nuestros derechos soberanos sobre la vía
interoceánica, ahora le sirven para que de los millones que produce anualmente
el tránsito de barcos por el canal, los aprovechen sus camaradas de la planilla estatal, sus
compinches en los proyectos que proliferan engordando cuentas bancarias de los que entraron a la papa muy ricos, y saldrán
multimillonarios, como hipócritamente sugirieron antes de su ascenso, los mágicos
asesores en el pícaro método de mentir a lo Pinocho, sin temor a suicidarse
cuando se alimentan de los peces
No se dice, sin embargo, que el
tal “crecimiento económico” no es más que una triste mascarada pues organismos
internacionales llegan a la conclusión que este Panamá, inflado de propaganda,
está en el segundo lugar, nada menos y
nada más, que detrás de Haití en el ranking de la peor distribución de la
riqueza. De manera que cuando este globo se usa en foros del exterior para
hacer alardes de bonanza, lo que se cae es en el ridículo internacional, motivo
de mofa entre la gente seria
. (Panamá 7
de julio de 2,013. Euclides Fuentes Arroyo, 7-44-677).