Por Euclides Fuentes Arroyo.
Digo “yo soy el Estado”/ me importa un carajo/ convertir en estropajo/ a
este pueblo tan malcriado.
Todo el país es mi hacienda/compro lo que me da la gana/ de noche, tarde o mañana/pues soy el dueño de la tienda.
Mi plata es tan irresistible/ que con fuerza y prepotencia/ puede torcer la conciencia/
del humano susceptible.
Soy buen émulo de Somoza/ex dueño de Nicaragua/amo y señor del fuego y
del agua/del adoquín y la baldosa.
Absoluto es mi poder/y que nadie lo discuta/no tolero la disputa/porque
yo no puedo perder
Yo doblego voluntades/con el poder del dinero/que reduce hasta el acero/
soy amigo de las maldades.
Atila era un niño de pecho/ lo consigna la historia/ para mí solo la
gloria/porque ese es mi derecho.
Afirmo que en mi mandato/no vale la Constitución/tampoco la libre
expresión/en esta hora del arrebato.
Es falaz la democracia/demagógico comodín/todo el engaño sin fin/la verdadera
desgracia.
Campea feliz la avaricia/un carnaval de millones/los atracos por
montones/con su cuota de injusticia.
Si esto te causa enfado/soportarás con paciencia/el abuso, la
insolencia.
Porque “yo soy el Estado”.
Cualquier similitud con persona viva o muerta, no es mera coincidencia.
Panamá, Noviembre de 2,012.
Euclides Fuentes Arroyo, ced. 7-44-677.
Estos versos fueron escritos en la fecha
indicada y es ahora cuando he dispuesto sacarlos a la luz pública. E.F.A.