POR GEAM
No sé cuántos habitantes de los tres millones y medio que vivimos en Panamá, son de origen indígena, lo cierto es que la convocatoria que hicieran ayer los lideres comarcales, contó con el apoyo de todo el país que se solidarizó con sus justas protestas y peticiones. A los que no nos fue posible hacer acto de presencia física, nos unimos, sensitivamente a los gritos desesperados de quienes quieren defender y proteger la riqueza natural del pequeño terruño.
De niño conocí la llamada Sierra Iglesia, El Común y Chichica de Tolé, sus cerros custodiados por los arboles cuyos frutos nos servían de meriendas en los largos y accidentados caminos, infinidades de aves de variados plumajes y armoniosos cánticos, saltarines venao’s a plena luz del día, puerco espín y los saínos luciendo su coraza que alguna veces adornaban las chozas indígenas, pero más que eso recuerdo el saludo cariñoso de los niños indígenas y el de sus padres, guardianes naturales del ambiente, cazando con un biombo (onda) y pescando con su arpón en las cristalinas aguas de las quebradas que terminaban derramándose sobre el río San Félix.
Son partes de los tantos recuerdo que guardo del pueblo guaymíes (gnäbe buglés), los vi bajar de la serranía a la comunidad de Remedios a celebrar las fiestas patronales de la Virgen de los Remedios, sus rostros engalanados con tintes y pinturas de los más variados colores, entonando y bailando sus danzas, y sus sonoros instrumentos de cuerno de res, anunciando su presencia y desafiando a sus rivales a competir en los juegos de balserías, que escenificaban en la principal plaza de la comunidad. El premio a los vencedores consistía en una hermosa y joven india para después celebrar con chichas fermentadas.
Recuerdo las campañas políticas en la que alguna gente del pueblo visitaba las serranías invitándolos forzosamente a las elecciones para comerse una vaca y ofreciendo dinero, pero además le retenían la cédula para garantizar el voto. Pernoctaban en grandes patios que hacían las veces de cárcel para llevarlos directamente a las urnas. Toda una vida de vejámenes y esclavitud que a pesar de haber sido larga la espera, hoy desaparecen, reivindicando sus aspiraciones logrando el apoyo del país y del mundo.
Románticamente diríamos que, hoy la sangre de Victoriano recorre las serranías y sus comarcas, que aquellos indios, no son los mismos, soberanos en su territorio que hoy violan y negocian quienes nos desgobiernan. Educados en colegios y universidades, se ve en ellos una transformación que ha sorprendido a los que creyeron que aún se les puede embrollar , muchos son y han sido diputados y diputadas, no están sometidos como el resto de sus colegas, tienen un solo partido, la reivindicación de sus etnias y de los intereses del pueblo, sus expresiones y posiciones son admirables y se han convertido en un ejemplo de dignidad para el país.
Son ellos quienes orientan las protestas, ellos no apoyan al pueblo el pueblo los apoya a ellos. Han desenmascarado y convertido a la Asamblea de Diputados en el hazmerreir y la han divorciado de sus electores.
Los Borrachos como dijera un personaje de este gobierno y Vándalos como los llamó el fracasado negociador Vice Ministro Carles, que se convirtió en el principal provocador y en un tembloroso y cobarde mandadero, subestimó la capacidad de nuestros indígenas y su fina intuición de saber distinguir entre el bien y el mal.
Se equivocó el mensajero con nuestros hombres de la serranía, entre ellos se hallan expertos de todas las estándares profesionales, entre ellos, maestros, profesores, biólogos, doctores, abogados, economistas, etc., pero, además están los empíricos, capacitados en la universidad de la vida, educados en las duras tareas de las plantaciones de café, banano y ganadería, desempeñando las tareas más duras, se constituyeron en aguerridos dirigentes sindicales que se aprendieron la lección y hoy rechazan los embustes.
Resumo convencido de que en verdad están preparados, como dicen ellos, para defender con su vida lo que Dios y la naturaleza pusieron en sus manos y regaran con su sangre las serranías y la cordillera que Lee Myuang Bak en representación de la Corea del Sur y el gobierno de Panamá representado por el supremo presidencial, pretenden convertir el Corredor Biológico Mesoamericano, en desolados desiertos. Frente a esa dupleta se impone la acción y la capacidad de la dirigencia, representada por Crescencia Prado, Hermógenes Smith, Celio Guerra, , , Rogelio Montezuma Kevin Sánchez y el delegado representante de la Federación de Estudiantes Universitarios Indígenas, Bernardo Siton y muchos otros dirigentes, cuya capacidad de convocatoria sobre paso los cálculos y expectativas de los servicios de inteligencia nacionales y externos.
Ante tanta valentía me inclino reverente haciendo nuestra la frase del columnista Roberto Heisenmann: !DESPIERTA, PANAMÁ DECENTE…NO DEJEMOS QUE NOS ROBEN LOS NUESTRO.