Por Euclides Fuentes Arroyo
De dónde salió el verdugo/ que persigue periodistas?/ Del lodazal oportunista/ un buey uncido al yugo.
Sin tener idoneidad/ ni formación profesional/ con esa su reacción bestial/ se arropó de impunidad
Como vulgar papagayo/ repite mismas consignas/ disfrazadas de benignas/ en su papel de cipayo.
Abogados de pacotilla/ esbirros del poderoso/ en su papel vergonzoso/ por entrar en la planilla.
Violando la constitución/ es tal su actitud rastrera/ que con sumisión artera/ censuran la libre expresión.
A esas gentes no respetas/ al venderse así sumisos/ fue porque el dinero quiso/ vestirlos de morisquetas.
Se avergüenzan los abogados/ también otros profesionales/ solidarios ocasionales/ por el pueblo respetados.
Jamás habrán de entender/ que la gloria es pasajera/ y que de cualquier manera/ la verán desaparecer.
Si acaso tienen cabeza/ comiencen a rectificar/ soberbia hay que enmendar/ reasumir la entereza.
Triste papel han jugado/ histórica coyuntura/ por serviles de locura/ patinan desesperados.
Sé son varios los bandidos/ indignos y caraduras/ endiosados por ñamuras/ ya tendrán su merecido.
Los reto aquí, ya, enseguida/ demandar al que suscribe/ seguiré escribe y escribe/ lo que me resta de vida.
Panamá, 10 de octubre de 2,010. E.F.A. ced. 7-44-677
