viernes, 1 de octubre de 2010

ASONADAS GORILESCAS EN TIEMPOS DE OBAMA


A exactamente tres meses para que finalice el año 2,010, una incursión golpista con las mismas características de la registrada en 2,009 en Honduras, contra el Presidente Manuel Zelaya, enrareció el panorama político sudamericano con la tentativa policial que secuestró, en fallida asonada, al mandatario del Ecuador, Rafael Correa.
     Mientras la cadena estadounidense CNN se pegaba a las señales de la tele ecuatoriana y telefónicamente cubría las incidencias, los internautas recibimos por esta vía, información de primera mano gracias a las facilidades para sintonizar canales de países vecinos, y radioemisoras del país andino, que cumplieron cabalmente con su labor informativa.
      Acostumbrados a la manipulación mediática del poder económico que controla el espectro de la comunicación en nuestros países, ya no tenemos que conformarnos con los parcializados despachos que provienen desde los teatros de los acontecimientos que suministran sus bien adoctrinadas agencias.   
     Conjurado el intento de golpe de Estado, los latinoamericanos pudimos ver y escuchar al Presidente Correa cuando retornó a la sede presidencial tras su rescate por militares leales al orden constitucional, con testimonios deliberadamente soslayados por esa manipulación. Un hecho que llama poderosamente la atención, es la declaración del líder sudamericano, en el sentido de haberle preguntado, por lo menos a quince oficiales sublevados, sobre el alcance de la ley por la cual estaban protestando, y ellos reconocer que ni siquiera la habían leído. Reaccionaron sobre la base de mentiras fríamente calculadas.
     Al aludir a la conspiración inspirada por el ultra retrógrado milico golpista Lucio Gutiérrez, Correa recalcó que inclusive algunos de estos policías tuvieron que admitir que ha sido, precisamente, el gobierno de la Revolución ecuatoriana, el que mejor ha tratado económicamente a los militares del hermano país.
     Las informaciones que desde el mismo jueves comenzaron a divulgarse desde la tierra de Eloy Alfaro, dan cuenta que en la aún joven administración del contradictorio Barak Obama, se produce la segunda intentona gorilesca, que busca retrotraernos al siglo pasado, a las décadas del 50 en adelante, en que Washington se impuso a través del macarthismo, la cacería de brujas del anticomunismo, para frustrar las libertades democráticas del continente. Sepultado el argumento ideológico que pretextaron durante la vigencia de su guerra fría, ahora el comodín de poca credibilidad, de la supuesta guerra al narcotráfico, no les sirve para nada.
     El periodista canadiense Jean Guy Allard, bien  informado de todo lo que es capaz de orquestar el aparato de espionaje,  labor de zapa, que con el manto de “inteligencia”, practica el gobierno de los Estados Unidos a través de sus misiones diplomáticas, ha dado a conocer que la Embajadora de los Estados Unidos en Quito, la capital del Ecuador, sabe de golpes de Estado. Afirma Guy Allard que Heather Hodges, con licenciatura en español, ex embajadora en la España fascista de Franco en la década del 70, en conjunción con la Agencia para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID) cabeza visible de la CIA, tuvo el “privilegio” de conocer la dictadura sangrienta del golpista Ríos Montt, en Guatemala.
      Añade el veterano profesional canadiense que la representación diplomática  no perdió la oportunidad de “estimular” el trabajo de su personal de inteligencia y exacerbar el debate sobre un proyecto de separación de Guayaquil promovida por la derecha opositora del actual gobierno ecuatoriano. Garantizado, igualmente, a organizaciones no gubernamentales (ONG) manipuladas por los extremistas archiconservadores, los fondos para sus penetraciones en los medios de opinión.  Por más que ahora lo nieguen, la mano tenebrosa de los gutierristas, como denunció el mandatario, tiene sus vínculos con los conspiradores.
    La Embajadora Hodges está en Ecuador desde 2,008 cuando el entonces Presidente George Bush le encomendó las tareas asignadas a sus pro cónsules a lo largo del hemisferio. Así las cosas Guy Allard informa que, en octubre de ese año, el Ministro ecuatoriano de Defensa, Javier Ponce, reveló que diplomáticos estadounidenses se dedicaban a corromper a la policía y fuerzas armadas disfrazando su tarea con el cuento del combate al narcotráfico.
Euclides Fuentes Arroyo, viernes 1º  de octubre de 2,010.