por Euclides
Fuentes Arroyo
Si bien es cierto que no es la primera vez
que un equipo representativo del país se luce en el campeonato mundial de
pelota infantil que se realiza en Williamsport, Estados Unidos, esta vez la
novena conformada por los peloteritos de Aguadulce, provincia de Coclé, recibe
el reconocimiento y elogio de propios y extraños por la espectacular hazaña de
finalizar como la cuarta novena del mundo en su categoría.
Veamos la gran diferencia entre los países
participantes y el nuestro en cuanto a cantidad de habitantes, extensión
territorial y otros factores para establecer las comparaciones.
Japón, que se alzó con el campeonato, es
una nación con 127 millones de habitantes, formada por cuatro islas principales
y 6,948 islas adyacentes. Su población es la décima más numerosa del mundo.
Estados Unidos tiene más de 300 millones
de habitantes, 50 estados y un distrito federal. Son 9.83 millones de
kilómetros cuadrados, tercer o cuarto país más grande por área total, según
datos de Internet. Es el tercero más grande por superficie terrestre y por población
y la mayor economía del planeta.
Panamá apenas un punto perceptible en el
mapamundi, es un istmo poblado por solamente más de 3 millones 400 mil
habitantes, en una extensión de 75 mil 517 kilómetros cuadrados.
El merecido homenaje que se le rinde hoy a
los niños beisbolistas no sólo es timbre de orgullo para los panameños, sino
para toda América Latina porque se ganaron el honor de representar a la
comunidad desde Guatemala hasta Sudamérica.
La mayor estatura de los vencedores, su
fortaleza física y técnica de pitcheo, fue emparejada por la garra infantil
panameña que demostró dominio de los fundamentos del beisbol. Defensivamente
exhibieron joyas de fildeo y ofensivamente sus cuadrangulares hablaban a sus
rivales que de lo que traían también podrían llevar y así llegaron a la final.
Doblegaron a los debutantes jugadores de Uganda, país que por vez primera
defendió al incipiente pero prometedor beisbol del Äfrica, para luego superar
nada menos que a otros dos grandes: Canadá y México.
Gloria eterna a los peloteritos de
Aguadulce que dicen alto y claro que la pequeñez del istmo alcanza la grandeza
cuando la voluntad de sus hombres tiene que demostrar coraje en el terreno de
los hechos.
Panamá 28 de
agosto de 2,012.