domingo, 17 de agosto de 2014

DELATA RICARDO MARTINELLI A SUS CÓMPLICES , ESBIRROS Y TRAIDORES


Por Euclides Fuentes Arroyo

Para coronar el ridículo de su nefasta gestión quinquenal, el ex Presidente Ricardo Martinelli, dizque en  un acto consecuente con su condición de “amigo” de sus compinches, firmó un exabrupto jurídico con pretensiones de indulto, para proteger de la acción justiciera a los elementos más cercanos de su entorno a quienes convirtió en cómplices, delatores y traidores.
Les facilita así la tarea a las autoridades que deben investigar a delincuentes comunes,  que se infiltraron de mala fe en los partidos inscritos en la farsa electorera y alcanzaron, gracias a la ingenuidad, ignorancia y oportunismo de una masa de votantes maleados secularmente por un sistema en donde los más ladinos se imponen con recursos mal habidos.  Diputados, alcaldes y representantes, con  trayectorias de atracos  a los fondos públicos. Eso ocurrió cuando el mínimo sentido de moralidad imponía que el mandatario,  en vez de procurar la  cárcel para  su criminal conducta, compró sus escasas moléculas de conciencia, a cambio de borrar de las páginas de un proceso penal, la suma de sus fechorías. Ah, y con el agravante que volvieron a correr en el torneo y se reeligieron en medio del enorme caudal de millonarios recursos que el aparato estatal, con absoluta impunidad, y desprecio por mujeres y hombres d este país, repartió los dineros producto de los impuestos que paga toda la ciudadanía. Lo grave de haber inoculado, en el cuerpo de los partidos de la supuesta oposición el tumor maligno del transfuguismo, es la secuela que presencia hoy la sociedad con la repetición de quienes, sin autoridad moral, se enquistan en la estructura gubernamental aprovechando la circunstancia hábilmente camuflada de “gobernabiidad”. Así las cosas los pájaros disparan ahora a las escopetas al extremo que damas que merecen ser respetadas, son ultrajadas por quienes no tienen la estatura ni la integridad de las ofendidas. El cáncer de gente sin escrúpulo que despierta suspicacias y reservas entre el conglomerado que exige probidad, seguirá enlodando el espectro delo que eufemísticamente algunos continúan llamando “democracia”.
En la lista de los que sin ser objeto aún de señalamientos por los pecados cometidos, fueron absueltos por el mandamás del régimen, aparecen sus amanuenses, los esbirros que se prestaron para los desmanes absolutistas y persecutorios, los sapos o delatores a cambio de migajas o protagonismo mediático y los tránsfugas que creyeron que bajo la sombra del capo señalado en Italia como un coimero jefe de estado de una república bananera, su reino sería a perpetuidad y que jamás dejaría el solio presidencial desde donde en cinco años ha delinquido más que ningún otro gobernante en noventa y más años.
Botellas y garrafones de “profesionales” sin autoestima, señalados por la opinión pública por cobrar altas salarios sin trabajar honestamente, completan el listado de elementos que no dejarán a sus hijos la herencia de dignidad que transmiten las mujeres y hombres de bien, legándoles el estigma de quienes pasarán al basurero de la historia impregnados de la miasma graciosamente otorgada por un funesto personaje. Se cumple así, simplemente, la sentencia del apóstol José Martí que enseña que “cuando hay muchos hombres sin decoro, hay otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres”.

Panamá 2 de julio de 2,014.  Euclides Fuentes Arroyo, ced. 7-44-677