EL HOMBRE IGUANA
Puntería superfina la del columnista de los viernes del diario La Prensa, Roberto Eiseman, al señalar que el Presidente Ricardo Martinelli es el jefe de campaña de la candidatura de Genaro López. No le falta razón, de esa forma está demostrando que el terror que le inspira a la ultraderecha el giro de 360 grados que obtuvieron otros pueblos del continente, es sencillamente que la mayoría se siente cabreada, como dicen los hispanos, de los abusos de quienes entran al poder millonarios y salen multimilllonarísimos.
Efectivamente la práctica no disimulada de convertir la res pública, en res privada, de los intereses económicos de una élite minoritaria, llevó también al Doctor Francisco Sánchez Cárdenas, a dar pelos y señales del gran negociado que se pretende montar utilizando los recursos de los trabajadores y empresarios del país que cotizan a la Caja de Seguro Social.
Llamamos la atención de los empresarios honestos de este país que son los más, y de la sociedad en todos sus estamentos, para que esta lesión patrimonial no prospere. Si contáramos con estadistas serios en vez de comerciantes cuya avaricia no conoce límites, estas pretensiones morirían en su cuna. Es grave y penoso que los diputados elegidos por el pueblo se comprometan a avalar este atraco a los dineros de la gente que produce, es decir, el empresariado honesto y la fuerza laboral..
Cuando hablamos de hombres honestos, que viven de sus negocios, claro está que nos referimos a los que remiten religiosamente su cuota patronal y la de sus empleados al Seguro Social y no se la embolsillan o ingresan en sus cuentas bancarias; aquellos a quienes un ex presidente ya fallecido les condonó sus multmillonarias deudas con una caja que es del pueblo laborioso y no de los parásitos.
Y ya que los mega millonarios negocios están de moda en la era del retroceso, volvió a salir al tapete el proyecto de construir otro aeropuerto en la provincia de Coclé, al lado de Farallón revertida a nuestro patrimonio. Lo que nada nos cuesta, hagámoslo fiesta, dicen los adultos responsables. Pero los politiqueros irresponsables que nada más tienen cerebro para triquiñuelas que se traducen en muchísimos dólares, no toman en cuenta que el Estado se economizaría una apreciable cantidad de dinero se aprovecha la existencia del aeropuerto de Río Hato.
Un dato que pasamos a los expertos en bienes raíces de las páginas económicas de los diarios, es la ampliación de detalles que sólo se ve en la publicidad de la televisión por cable, de un proyecto de lujo en una playa del Pacífico. Dicen algunos entendidos que hay allí un hotel producto del ahorro obtenido a través de una jugada en que se pagó una bicoca por los impuestos sobre un terreno cuyo valor representaba una alta cifra. Será cierto que hay una playa privada de varios kilómetros donde no puede entrar Pablo Pueblo, porque no tiene el chen-chen que cuesta la entrada?
Pareciera que la competencia entre nuestros canales de televisión comercial sólo se da a nivel de los programas musicales y no así en cuanto a noticias. En vez de esmerarse por presentar más y mejores noticias, hay una perfecta uniformidad en los temas y en los momentos estelares. Claro está que si las noticias son lo mismo, la iniciativa en la forma de presentarlas puede hacer la diferencia. Pero es que el horario estelar hasta las pausas publicitarias están sincronizadas al segundo. Así las cosas, si el televidente quiere usar el control remoto para cambiar de canal y enterarse lo que presenta el vecino, se estrella con los anuncios comerciales.
Para quienes laboramos cuando la televisión estaba haciendo sus pininos recien llegada a Panamá, era imposible guardar, como quien refrigera un producto, un hecho noticioso del mediodía para transmitirlo después de las seis. En otras palabras se utiliza el criterio de dejarlo pa´pola (para por la noche); se anticipa un pequeño detalle y se deja al televidente en ascuas para enterarse después de varias horas del suceso promovido. Hasta el día en que una verdadera condición profesional, en puesto de dirección, le dispare la noticia completa al canal competidor, se acabará este limitado criterio de manejarse periodísticamente.
Esta situación nos recuerda lo ocurrido en Noviembre de 1963 cuando la mafia norteamericana ejecutó el asesinato del Presidente John F. Kenneduy. El crimen ocurrió a mediodía y por costumbre tan pronto almorzaba volvía a mi trabajo, en la redacción de noticias de Tevedós, y pude escuchar la campanilla del teletipo de la UPI que sonaba cuando llegaba una noticia urgente, o de último minuto. Al advertir que se trataba de un estallido noticioso único, me comuniqué con el entonces Director del departamento Mario Velásquez, en su residencia, para lanzar al aire inmediatamente la impactante información. Si hubiese aplicado la modalidad del actual periodismo televisivo, no se hubiera dado la inmediatez que el hecho demandaba.
Una crítica constante a los fallos de la televisión local se ha convertido en una de las columnas más leídas de la prensa escrita. La de Doña Perla, no se anda con remilgo para señalar yerros y recomendar enmiendas, en términos que a veces provoca ronchas. Pero también hay que abonar que se reconocen los méritos cuando se los ganan.
Entre los segmentos plausibles de los noticieros de tv, están aquellos en donde se muestra la solidaridad humana ponderándose el trabajo altruista y la voluntad de superar dificultades. Por ejemplo destacar la abnegación de madres con hijos físicamente afectados que se proyectan desde niños como futuros ciudadanos útiles. Igualmente el caso de hombres y mujeres que para mejorar la difícil situación económica que agobia a nuestros humildes compatriotas, incursionan en la pequeña empresa para darse el sustento y el de su familia. Estos esfuerzos de gran sensibilidad social los alentamos porque también forma parte del periodismo comprometido con el bienestar de la sociedad.
Comparto un dato de fuente de entero crédito. La labor de sapería que siempre se ha criticado en todos los tiempos y en todos los gobiernos, recurre a tácticas que no superan hasta los más acérrimos censores de esas malas prácticas. Agentes represivos de pretéritos regímenes están ensayando, dentro del aparato de seguridad del presente régimen, siguen en las mismas.
